Naturaleza y libros, y no menos la oratoria de los profetas bíblicos, fueron las grandes seducciones de aquel hijo de un carpintero pobre y enfermo. Nacido el 31 de mayo de 1819 en Long Island, vivió, como en el verso rubendiariano, hambriento de espacio y sediento de cielo. Por eso en su imaginación recorrió la […]