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Luciano Pavarotti, el Tenor del pueblo

Luciano Pavarotti es una de las voces más populares de la ópera y uno de los personajes más destacados de la música en el siglo XX.

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Hay voces que son inolvidables. Y la voz de Luciano Pavarotti es de esas voces que son eternas y que tienen fácil recordación doquiera que alguien se encuentre. Su registro vocal de tenor, le convirtieron en uno de los mejores intérpretes del siglo XX y cuya popularidad contribuyó a la difusión de la lírica.

Pavarotti dio sus primeros pasos en el mundo de la lírica como cantante de coro y después de trabajar durante dos años como profesor de una escuela elemental, realizó estudios de canto en Módena, su ciudad natal, con Arrigo Pola, y años después perfeccionó su técnica con Ettore Campogalliani.

Su debut sucedió el 29 de abril de 1961 con el papel que más tarde le haría popular: el de Rodolfo en La bohème, ópera de Giacomo Puccini. Dos años más tarde, en el Covent Garden de Londres, sustituyó a Giuseppe di Stefano en dicho papel, una interpretación que le valió un gran éxito de crítica. Ese año debutó en Viena, en Zurich y, con el rol de Edgardo (Lucia di Lammermoor).

Más tarde, su primera actuación en España tuvo lugar en Barcelona en 1963, con una única representación de La traviata, composición de Giuseppe Verdi. En 1964, en el Festival de Ópera de Glyndebourne, donde interpretó el papel principal del Idomeneo de Mozart junto a la cantante Enriqueta Tarrés. Un año más tarde, en 1965, se produjo su debut norteamericano en Miami.

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Ese mismo año, y tras haber conocido al director de orquesta Richard Bonynge, esposo de Joan Sutherland, realizó una gira por Australia cantando de nuevo el rol de Edgardo con la compañía operística de la citada soprano, que más adelante sería su pareja en óperas de Gaetano Donizetti y Vincenzo Bellini. El éxito que consiguió con La fille du Régiment de Donizetti, con su difícil aria de tenor, alcanzó impresionantes niveles. Desde entonces su carrera fue imparable.

En 1966 cantó por primera vez en el Teatro de la Scala de Milán un papel secundario, el de Tebaldo en I Capuleti ed i Montecchi de Bellini, y a ese mismo teatro volvería más adelante en el papel de Des Grieux de la ópera Manon, de Jules Massenet y, ya en 1967, el Réquiem de Verdi con motivo del centenario del maestro Arturo Toscanini. Un año más tarde debutó en San Francisco interpretando a Rodolfo (La bohème), Nemorino (L'elissir del amore) y Enzo (en La Gioconda de Amilcare Ponchielli).

En el Metropolitan de Nueva York interpretó en 1968 en su papel favorito: el de Rodolfo de La bohème, y más adelante representó en ese mismo teatro a Fernando (La Favorita, de Donizetti), Arturo (I puritani, de Bellini) y Manrico (Il trovatore, de Verdi), entre otros.

A pesar de algunos fracasos puntuales, como el de la Scala con Don Carlo de Verdi en 1992, Pavarotti fue un tenor de reconocido prestigio que poseía una bella voz de brillantes agudos y elegante estilo, que apenas si perdió colorido a pesar del paso del tiempo. Fue el único tenor, junto a Nicolai Gedda, capaz de cantar el famoso Fa5 en falsete escrito en la parte final de la ópera I puritani. La singular pureza de su voz, la disciplina técnica del cantante y su extraordinaria musicalidad le permitieron, en efecto, cantar con aparente facilidad los fragmentos de más complicada estructura melódica o tonal.

Entre sus interpretaciones destacadas figuran también la grabación de Madame Butterfly, su interpretación del duque de Mantua en Rigoletto de Verdi y su Nemorino de L'elissir del amore de Donizetti. En 1991 cantó Otello en versión de concierto con la Orquesta Sinfónica de Chicago bajo la dirección de Sir Georg Solti. De sus numerosos trabajos discográficos, cabe citar el de Arnold (Guillermo Tell, de Gioachino Rossini), Orombello (Beatrice di Tenda, de Bellini) y el rol principal de la ópera L'amico Fritz, de Pietro Mascagni.

Su arrolladora personalidad y sus grandes dotes de comunicación posibilitaron que, a partir de los ochenta, Pavarotti se hiciera popular en todo el mundo a través de grabaciones, vídeos y conciertos. Con un repertorio no muy extenso, centrado en los grandes títulos de la ópera, Pavarotti supo hacerse con un amplio grupo de admiradores, en ocasiones en compañía de Plácido Domingo y José Carreras bajo el apelativo común de Los Tres Tenores. Con ellos dio recitales en lugares como las Termas de Caracalla, con motivo del Mundial de Fútbol de 1990, además de participar en conciertos benéficos para contribuir a la reconstrucción de los teatros de La Fenice (Venecia) y del Liceu (Barcelona). En 1996 interpretó de nuevo a Rodolfo de La bohème en Turín, junto a Mirella Freni.

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Su compromiso social como cantante se tradujo en múltiples actuaciones solidarias, como la que tuvo lugar en 1992 a favor de la Fundación Berloni, que lucha contra la anemia mediterránea. Tras este concierto, Pavarotti participó en una serie de recitales titulados War Child junto a estrellas de la canción como Bono, Elton John o Liza Minnelli. En 1997 se inauguró en Mostar (Bosnia-Herzegovina) el centro musical Pavarotti Music Centre, gracias a los beneficios obtenidos en las giras del espectáculo Pavarotti & Friends en 1995 y 1996. Posteriormente, el proyecto musical de Pavarotti aportó ayudas a proyectos en Guatemala y Kosovo (1999), y en Camboya y el Tibet en el año 2000.

Pavarotti se mantuvo activo en los últimos años, pero paulatinamente empezó a reducir su presencia en los escenarios. Los rumores acerca de su retirada se acrecentaron en julio de 2006, cuando canceló todos sus compromisos por una convalecencia provocada por una intervención de un tumor maligno en el páncreas. El 5 de Septiembre de 2007, el Gobierno italiano concedió a Pavarotti el Premio Excelencia en la Cultura de Italia. Un día después fallecía a causa de su enfermedad.