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La misa en do mayor de Beethoven

La Misa de Beethoven pertenece, por tanto, al período más prodigioso de la creatividad del compositor. Otras obras compuestas en esta época son el Cuarto concierto para piano y la Quinta y sexta Sinfonías, interpretadas todas ellas, junto con partes de la Misa, en la famosa Akademie o concierto benéfico de Beethoven del 22 de diciembre de 1808.

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Ilustración: Vanessa Guerrero Urbina

La Misa en do mayor de Beethoven vio la luz en 1807 como resultado de un encargo del príncipe Nikolaus Esterhazy II, el cuarto y último de los patronos de Haydn pertenecientes a esta eminente familia, que seguro ya han escuchado en episodios anteriores. El príncipe quería que se cantase una misa todos los años en la onomástica de su esposa. A la celebración de éstas, que tenían lugar en Eisenstadt, ciudad de Austria, debemos las obras más importantes de Haydn en este género, así como varias de Johann Nepomuk Hummel, quien estuvo al servicio de los Esterhazy a partir de 1804.

La Misa de Beethoven pertenece, por tanto, al período más prodigioso de la creatividad del compositor. Otras obras compuestas en esta época son el Cuarto concierto para piano y la Quinta y sexta Sinfonías, interpretadas todas ellas, junto con partes de la Misa, en la famosa Akademie o concierto benéfico de Beethoven del 22 de diciembre de 1808.

Beethoven no había escrito ninguna Misa anteriormente y resulta interesante el hecho de que no hiciera ningún esfuerzo para igualar la grandeza “sinfónica” de las últimas Misas de Haydn. Por el contrario, reflexionó sobre la composición litúrgica y consiguió un estilo que, al menos en cierto sentido, era más sencillo, humilde y espiritual que el modelo vienés habitual. “Creo que he tratado el texto de un modo en el que raramente ha sido tratado”, escribió Beethoven.
Esta Misa impresiona como una obra inusitadamente apacible, al menos en el mundo de la Quinta Sinfonía, la Obertura Coriolano y las vigorosas sonatas y cuartetos de cuerda de la época media. Luego de conocer sinfonías, historias, piezas y personajes en más de diez capítulos, con esta obra termina nuestro recorrido por El tiempo de Beethoven, pero no termina ahí. La celebración de los 250 años de este genio musical se extiende y junto a la Embajada de Alemania, seguiremos indagando por la vida de Beethoven, su huella en la historia y la importancia de su legado que nos negamos a dejar morir.

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